31/1/09

Gracias

En Japón, tres personas se acuerdan de mí, pocas cosas podían tener más valor. Muchas gracias.
Pd: Dentro de algún tiempo, cuando por fin consiga ir, yo me acordaré de ellos y juntaré en el tiempo los recuerdos...

27/1/09

Lo que hay



Yo no elegí nacer. Supongo que me hice a la idea de existir. Me vistieron, me dieron de comer, me llevaron al colegio y me soltaban con mis muñecos antes de meterme en la cama. Yo no lo elegí, pero asumí el papel de alguien que existe, de alguien que se comunica con los que tiene alrededor, de alguien que sufre y de alguien que ríe, pero en ningún momento reclamé estar entre los demás. Me extraña haber nacido de hecho, en esa carrera por fecundar el ovulo que me trajo al mundo alguna parte de mí tuvo éxito...autocompasivo-autocompasivo-autocompasivo, basta!! busco energía, cualquier migaja será bienvenida, cogeré piedras de la suerte, herraduras, treboles...toca empezar de nuevo nuevamente y por enésima vez!!

23/1/09

Texto

Despertó en su cama con la preocupación de que le tocaba a él hacer el café. La luz del atardecer se filtraba entre las ranuras de la persiana. Un código de rayas y algún que otro punto, ocasionado por el granizo del invierno pasado, quedaba expuesto en las blancas paredes esperando a ser interpretado. A su lado yacía su mujer sin más ropa que su piel. Desde que eran jovenes estaban acostumbrados a acostarse desnudos después de comer, hasta que caían víctimas de la digestión de la comida y de ese amor tan denso que les había mantenido unidos en la riqueza y en la pobreza de sus cuerpos. Intentó incorporarse, pero notó el peso de la cabeza de su esposa en su hombro, así que se quedó inmóvil. Clavó la mirada en el cuerpo dormido con un gesto de resignación. Los años fogosos se habían diluido entre hernias, arritmias, y pliegues de piel innecesarios. Sus ojos se detuvieron en cada parte de aquel cuerpo que tanto le había excitado. En aquellos pechos dados de sí por el paso de los años, en aquella cintura que ya no podía abarcar con sus manos, en aquella vagina que tantas veces había devorado con tanto placer. Su mujer se dio la vuelta, dejando libre su hombro. Repasaba los pasos mentalmente, llenar de agua la base, rellenar de café el filtro con un pizca de canela en rama y ponerlo en el fuego pequeño mientras permanecía mirándola. Al cabo de un rato pasó su mano por los extendidos senos de su mujer y por su abdomen, intentando rectificar su forma, cómo el que intenta quitar las burbujas de aire de un libro plastificado. El contacto con la carne le estaba excitando. Su respiración no tardó en traducir ese repentino deseo jadeando tímidamente. Acercó su boca desvestida al pecho más próximo y comenzó a hacer leves succiones, restregando su lengua por el pezón mientras que con la otra mano estrangulaba uno de los glúteos. Avanzó su cuerpo sobre el de su mujer deseando poseerla. Su esposa se despertó e intentó quitarselo de encima todavía desorientada. Él la sujetó de las muñecas y volcó su peso sobre el de ella para que no pudiera moverse. La fuerza y la resistencia le hizo excitarse mucho más, tanto que su inerte miembro recobró la vida. Ella gritaba mientras él intentaba atinar a introducirle su pene. De repente la escena se volvió muda, él eyaculó un decrépito semen y cayó desplomado sobre la cama. Su mujer se levantó asustada, se puso su bata, y se encerró en el baño. Pasaron las horas hasta que él por fin se incorporó y se acercó a la cocina a hacer café.

20/1/09

Texto

Se acercó con su bata de cuadros gris a aquel espejo enjuto, colocado sobre los amarillentos grifos que no distinguían entre el frio y el calor. Ni siquiera se miró a los ojos, no le preocupaba confirmar si todavía quedaba algún rastro de aquellas ilusiones que almacenó en su mirada en otra época. Solo prestaba atención a su barba, a aquellos pelos puntiagudos que le protegían del contacto humano. Se pasó la mano para comprobar como se clavaban los afilados pelos en la carne. Rebuscó en los cajones hasta que encontró una maquinilla de afeitar. Tenía las cuchillas oxidadas y con restos del último afeitado. La introdujo bajo el agua y sin tan siquiera aplicarse jabón en la cara se pasó la cuchilla por el cuello.

Responsabilidades

Juro que mi cama me impide levantarme, me anuda entre las mantas y me promete sueños felices si renuncio a todo tan sólo por un dia...me preocupa mi ritmo de vida, me resulta tedioso incluso meterme en la ducha, será por el frio que acumula el piso por la noche o porque estoy a punto de entrar en esa dinámica autodestructiva que te hace abandonarlo todo, dinámica que contrarresto con enérgicos días en los que recupero la estabilidad ordenando, limpiando y organizando mi casa, cómo si con ello partiera de nuevo de cero, cómo si recuperase la salud mental y emocional de un golpe...El sábado salí después de hace mucho tiempo con la gente del equipo, lo echaba de menos también, pero no podía apartar la mente del partido del dia siguiente, responsabilidades responsabilidades responsabilidades...por un día sin responsabilidades...

15/1/09

Texto


Se levantó del sofá. Rebuscó en los bolsillos de su roida bata un encendedor y con los dedos rotos del que no ha conseguido atrapar sus sueños sostuvó temblando un cigarillo torcido. Al tercer intento consiguió prender el extremo, aspiró hondo y miró a la terraza, pero sólo vió su reflejo y una extraña luz. Salió al estrecho balcón descalzo. A lo lejos por fin vió una salida, detrás de toda esa oscuridad había una salida, era esperanzador.Cómo si algún angel despistado hubiera dejado abierta la escotilla del cielo, como si este apestoso mundo fueran los sumideros y se hubieran olvidado de colocar el tapón.

Texto

El futuro llega con retraso. Pensó. Miró el reloj dos veces seguidas. Nunca se quedaba con la hora que era a la primera. Empezaba a tener hambre, y eso que sólo eran las doce y veinte. Se miró los zapatos detenidamente. Si alguién atendiese sólo a sus zapatos pensaría que era una persona poco aseada. Estaba rodeado de gente que no conocía. A lo largo de los años había acumulado una cantidad ingente de tics y manías para parecer siempre ocupado en estas situaciones. Miraba la hora, miraba si había algún mensaje en el móvil, se colocaba el nudo de la corbata, se rascaba el cuello con delicadeza, giraba el falso anillo de casado con el dedo pulgar y el índice de la mano opuesta e incluso se quedaba ensimismado jugueteándo con una extraña acumulación de grasa perenne que tenía en el cuello. Lipoma, vocalizó en alto, mientras repasaba su tacto blando.

Texto

Detenidamente, sin apartar su mirada de sus párpados cerrados, recorría su espalda una y otra vez con los extremos de los dedos. Deseaba tocarla salvajemente pero concentró toda esa intensidad en suaves caricias. Sus cuerpos desnudos yacían cansados tras una agotadora noche de promesas resueltas. Llegar más abajo le parecía romper el romanticismo de la escena. Ella despertó y le ofreció sus labios estirando levemente el cuello. Él le correspondió con un beso apasionado. Ella estaba feliz. Él había estado esperando ese momento años. Muchos años. De repente verla tan feliz le jodió. Se acordó de lo enamorado que había estado de ella. El dolor. Ella se había salido con la suya. Había acudido a su llamada como un perro sin dueño en cuanto le había vuelto a hacer caso. Habían sido unos meses maravillosos estos últimos. Se habían dejado seducir completamente. Cambió el gesto al tiempo que se recostaba sobre su lado de la cama. Ellá se inclinó sobre el cuerpo recién desplomado y con sus labios encontró primero el amortiguamiento de los pelos de su pecho y luego sus labios. Unos labios rígidos le estaban esperando.

-¿Que te pasa?
-Nada

Tantas noches ahogándose en la impotencia de verla con otros hombres. Tantas obsesiones juntas. Ahora es cuando a ella le venía bien. Pero era su momento. Lo había consguido. Ella se estiró y lució una sonrisa demasiado feliz. Empezó a odiarla. Quería hacerla infeliz. No soportaba verla tan contenta. Ella se inclinó nuevamente sobre él llamándole cariñosamente con un término ñoño digno de una adolescente enamorada pero esta vez sólo encontró sus dientes.

Texto

Apoyado en la costumbre de ensuciarme la consciencia, trato de olvidarme de aquella existencia angelical con el sexo bien marcado.
Siguiendo un estricto orden de categorías voy sesgando mi percepción de la vida pasando de katxi en katxi y de tubo en tubo, empezando por una caña y acabando por el mejor ron cubano. Voy dotando de distintos significados a lo que me dicen mis sentidos, o lo que me dijeron. Algunos desafortunados me empujan buscando un sitio donde pedir ese líquido tan preciado en la noche. Por esta vez lo consiento.
Busco en el limitado horizonte que proporciona este recinto lleno de almas despechadas y mandíbulas desencajadas por los golpes de las drogas, alguna guarra con la que demostrar que soy mejor amante triste que feliz. Le pondré tu cara y probablemente acabe dándome su número en un absurdo intento de prolongar algo que ni siquiera empezó con ella. Abandonó la muda compañía de mis compañeros nocturnos y desplazo mi presencia por rincones más alejados y aún no explorados. Encuentro al lado de la barra a una muchacha, de buenas formas, que sostiene una copa como quién sostiene la bandera en el día de la patria, la descarto por su presumible seguridad y no menos importante, su aparente sobriedad. Un grupo de chavales con pintas de querer marcar territorio me impide el paso hacia una solitaria chica que espera a que su amiga vuelva, del baño quizás, dato que aventuro a pronosticar por los dos bolsos que sujeta en sus brazos. Me hago paso a través del grupo con la mirada desafiante del que no tiene nada que perder, pierda la noche por contusiones o pierda directamente la vida. Me acerco a la chica con un sutil – Hola, ¿Qué tal?. No es la mejor introducción, pero nunca he sabido como hacer frente a esas situaciones planeando gilipolleces más absurdas para caer en gracia a las primeras de cambio...

Historias - Comienzos

Cogió su mochila de viejos recuerdos y la arrojó al suelo. La carcasa sonó cómo los huesos de un hombre al tocar el suelo del patíbulo. 55 litros de nostalgia. Dos bolsillos a los lados del cuerpo central. 47 euros, toda una ganga en su momento. Color azul eléctrico mezclado con negro. Las asas desequilibradas se convertían en una auténtica tortura punzante para su cuello. Odiaba prestarla, era como prostituirla. Cogió un cuchillo y pensó en destrozarla.

No podía despegar los párpados. Era consciente de que estaba dormido. Se volvió a preguntar si la muerte era eso. El móvil sonaba. Estaba empapado en sudor. Abrió los ojos. El móvil volvía a sonar. A veces dejar de existir consiste en apagar el móvil.

Un día decidió decir sólo la verdad. Al día siguiente decidió decirle la verdad sólo a la gente que no le importaba. El último día decidió que no importaba la verdad pero sobre todo, la gente.

Cometió tres errores antes de que le encontrasen los guardias de seguridad del hospital. El primero fue correr desnudo por el edificio. El segundo fue chillar mientras corría desnudo por el edificio. El tercero fue gritar "estaré en la sala de espera de urgencias" mientras corría desnudo por el edificio.

Su mejor amigo le enviaba mensajes subidos de tono a su esposa. Decidió ponerle fin y le robó el móvil a su mujer. Ayer se ofició la primera boda homosexual de su pueblo.

A los 15 años heredó el barco de su padre. A los 17 se golpeó la cabeza con un poste telefónico. A los 33 seguía en paro. También a los 33 decidió hacerse pirata. A los 34 se había visto todas las películas de piratas en formato VHS de cada videoclub de su pueblo. A los 35 le regalaron un DVD. A los 36 se había visto todas las películas de piratas en formato DVD de cada videoclub de su pueblo. A los 37 se clavó un tenedor en un ojo. A los 37 le pusieron un parche. A los 38 se amputó la mano derecha con el hacha de su tío y a los dos día se amputó la pierna izquierda por debajo de la rodilla con el hacha de su vecino (su tío escondió el hacha). A los 38 le comunicaron en el hospital que ya no se hacían garfios ni prótesis de maderas. A los 38 vendió el barco y decidió montar una fábrica de garfios y patas de palo para los piratas. Hoy es multimillonario.

Texto

Llevaba horas caminando sin encontrar nada relacionado consigo mismo. Todo eran puertas. El color de las paredes eran de un color anaranjado cremoso. Estaba cansado. De vez en cuando algún calambre recorría su cuerpo. Debía ser miedo.Las puertas eran infinitas. E incluso algunas al atravesarlas le conducían a un nuevo pasillo. Algunas puertas estaba cerradas con llave. Otra sin embargo le llevaban a extraños sitios que le sonaban vagamente. Detrás de una de las puertas reconoció a un par de amigos de Sara pero no le hicieron caso. Siguió adelante y encontró algo que le pareció más familiar, vió como Sara se probaba un collar que le regaló él...pero algo estaba mal, recordaba perfectamente que fue él mismo quién se lo abrochó por la espalda aquel día. Cuando subió las manos para tirarse del cabello se fijo en su propio cuerpo. Estaba desapareciendo. Le estaban olvidando.

Short Textos

Se quitó las sandalias nada más llegar a casa. Con los pies negros empezó a deambular por la casa, recogiendo papeles, estirando las cortinas, enderezando cuadros...Por fin se sentó. Encogida sobre sus rodillas, repasó con la yema de sus dedos las grietas de sus talones. Se fue al baño y cogió el cepillo de las uñas. Se tiró varios minutos frotando con energía, pero la mugre estaba incrustada literalmente en su carne. Cualquier otra persona se hubiera rendido, pero ella sabía que una vida perfecta empieza en los talones.

Normalmente se despertaba de un golpe, pero esta vez le dejó inconsciente.

William siempre tuvo el mismo problema, se enamoraba tan intensamente que el mundo se detenía. Pero, el pobre William, sufría los tormentos del desamor en cuanto mantenía relaciones sexuales con sus amadas. Un afamado psiquiatra lo diagnosticó como eyaculador precoz emocional aunque luego pensó que simplemente el amor es muy complicado.

Textos escuetos

Alcanzó su guitarra desde la cama estirando el brazo, tras unos segundos eternos en los que pareció Luke intentando atraer su sable láser. Inclinó el cuello hacia la derecha y a continuación hacia la izquierda siguiendo el ritual de un boxeador antes de saltar al cuadrilátero. Empezó a rasgar las cuerdas mientras miraba al techo al mismo tiempo que una araña hacía lo propio acercándose a una mosca. Se miraron y se guiñaron un ojo. La araña empezó a tejer su tela en torno a la cada vez más atrapada mosca. La voz quebrada del hombre comenzó a acompañar a la guitarra y la mujer seducida la noche anterior no se supo liberar de las cuerdas de aquella guitarra.

Se sentía terriblemente culpable. Apenas podía concentrarse en su trabajo. Tenía que llamarla, tenía que disculparse, tenía que encontrar un hueco para hablar con ella. Por fin llegó la hora de comer, buscó su nombre en la agenda y llamó. Siete tonos más tarde canceló la llamada. Volvió a llamar. 5 tonos. 9 tonos. 12 tonos.14 tonos. Estaba histérico. Las horas del turno de tarde se le hicieron aún más largas. Nada más salir del trabajo cogió un taxi mientras llamaba de nuevo. 14 tonos. 14 tonos. 14 tonos...alrededor de diez llamadas seguidas. El taxi se paró justo enfrente de su edificio. El ascensor subió muy lento. Estaba sudando. La ira le presionaba la frente. Abrió la puerta dejando que esta chocara. La huella del pomo sobre la escayola de la pared se hizo más profunda haciendo un ensordecedor ruido que le acompañó mientras recorría cada una de las habitaciones.

Nota al Margen

He decidido clausurar el antiguo blog así que he rescatado algunos de los textos de los que me siento más orgulloso (puede que te preguntes el motivo) y ponerlos en el nuevo que creo que estarán más seguros...

Texto

Era un pueblo pequeño, perdido entre los campos eternos donde cultivaban medio año el color verde, y la otra mitad el color amarillo. Una mañana de Agosto, Julia fue violada por el borracho del pueblo. Las autoridades no tardaron más de una hora en arrestarle y conducirle a la comisaría de un pueblo cercano. A Francisco le cayeron 9 años de prisión. El elevado grado de alcohol que llevaba en sangre le sirvió de atenuante a pesar de la brutalidad con la que perpetró el crimen. Julia no volvió a hablar, incluso cuando le dijeron que había tenido la mala fortuna de quedarse embarazada no le tembló ni siquiera un labio. La presión del pueblo, sobre todo por parte del párroco, impidió cualquier opción que no fuera concebir al niño. El niño se convirtió en el hijo de todos, y una vez al mes Julia le llevaba a que viera a su padre.
Francisco contaba las horas para volver a ver a su hijo. Nunca había tenido nada, excepto botellas entre los brazos. Era la vergüenza de su familia, sus hermanos, los que se habían ido a estudiar a la ciudad le repudiaban y no tenía más contacto con el exterior que su adorado hijo y Julia, que aunque no le hablase, él no dejaba de pedirle perdón y agradecerle haberle dado un hijo, lo más hermoso que le esperaba fuera. Había incluso dejado la bebida, en un extraño caso de rehabilitación penitenciaria.
Julia rompió su silencio exactamente cuando a Francisco le quedaba un año de condena y su hijo tenía 8 años. En esa visita Julia no dejó ir hasta la ventanilla para que el niño jugase con su padre a través del cristal, sino que le sujetó de los hombros mientras miraba fijamente a Francisco. Julia moviendo los labios lentamente pero de manera muy intensa artículo un "te odio" que aún atormenta en sus noches de excesos etílicos al borracho del pueblo, mientras estrangulaba a su hijo en frente de su padre.

Texto

Sabía que era un hombre cuando me agarró de la mano. Sabía que era un hombre cuando me acompañó al cajero, e incluso sabía que era un hombre cuando subí a su casa. Me metió en su cuarto y me pidió que guardará silencio. La habitación estaba iluminada precariamente por la luz de una bombilla a punto de expirar. Me empezó a besar. Le extendí el billete de 50 euros. Lo cogió ávidamente y lo guardó en un neceser morado algo roído por las esquinas. Me pregunto que quería que hiciese. Le respondí con una pregunta "¿Eres un hombre?". Me dijo que no y empezó a desnudarse a excepción de las bragas. A continuación se tumbó en la cama y me pidió que fuera. Me acerqué sin apartar la vista de sus ojos. Me tumbé sobre él y le volví a preguntar. Obtener un si como respuesta se volvió una obsesión. Empezamos a tocarnos y cada vez que intentaba tocarle el sexo me apartaba la mano y me la colocaba sobre sus orgullosos pechos de plástico. Al cabo de un rato me cansé del dulce y lento magreo y me aparté. Eres un hombre, le dije. Si fuera así te importaría, me contestó. No, pero me gustan las mujeres. Sus ojos se dirigieron al suelo, tristes y pronunció unas palabras cargadas de soledad "¿Si estuviese operado te gustaría?". No lo se, mentí. Me tengo que ir, es tarde, le comenté mientras tanteaba en la oscuridad para encontrar mi ropa. "¿Te gustaría volver a verme?" me dijo al oído mientras me colocaba unos besos a modo de sellos en el cuello. Si claro, dame tu móvil. Los latigazos que debía haber recibido a lo largo de la vida le habían hecho escéptico así que me pidió que le enseñara su número registrado en la agenda del móvil. La decepción se asomó en forma de lágrimas que secó con sus dedos rápidamente para que no se corriera el rimel. A continuación se vistió y me pidió que me marchara. Bajamos juntos a la calle y se dirigió hacia la esquina donde me abordó. Me quedé viendo como se alejaba hasta que desapareció entre la muchedumbre nocturna de aquella calle.

Baltimore

Todo el mundo sabe que el metro de Baltimore no tiene cobertura. Así que cuando aquel apuesto joven del asiento de enfrente se llevó el móvil a la oreja, y mirándola a los ojos sin ningún tipo de vergüenza dijo: "Si, la tengo justo delante, es preciosa, tenías razón" María se quedó sin saber a donde mirar ni que decir mientras que la sangre se le concentraba en sus jugosas mejillas. El metro de Baltimore es gris, a cualquier hora del día e independientemente de los vatios de sus bombillas. María había huido de su pequeño pueblo del estado de Maryland precisamente por cosas como esa. Cuando recogió sus escasas cosas y las reunió encima de su cama se dio cuenta de que no tenía nada que le hiciera quedarse en esa casa, en ese pueblo, en esa vida, ni tan siquiera los ojos de su hermano pequeño, que desde el umbral de la puerta de su habitación gimoteaba al ver a su hermana cerrar la cremallera de la mochila, y echársela a la espalda.
Ahora, en esa ciudad independiente, sin reglas, donde no tenía que dar explicaciones a nadie, un chico quería seducirla y ella se sentía más viva que nunca. A María le costó incorporarse al juego de miradas del chico, primero empezó a echarle vistazos rápidos, desairados, pero poco a poco consiguió aguantarle la mirada. Él no dejaba de sonreír. Los últimos botones desabrochados de su camisa blanca dejaban entrever una complexión atlética muy sugerente. María respiraba rápido, se sentía ingrávida, apenas notaba su cuerpo. Esos instantes se quebraron por la voz del muchacho "me bajo en la siguiente, te invito a una copa en mi casa". María, completamente embriagada por la situación, por la magia, por lo inesperado de una casualidad tan maravillosa aceptó su invitación con otra sonrisa y se incorporó hacia la puerta. La oscuridad del túnel aumentaba la capacidad reflectante del transparente cristal de la puerta, y fue en ese reflejo donde vio un cuerpo desconocido pero deseado situarse justo detrás suyo, tan cerca que notaba su calor, y fue en ese reflejo donde vio una de las sonrisas más bonitas que jamás le había mostrado la vida, pero lo que no le enseñó ese reflejo fue que esa sonrisa pertenecía a uno de los hombres más buscados de EEUU y que por cada uno de aquellos resplandecientes dientes se escondían los irreconocibles restos de otras furtivas enamoradas bajo las mohosas hojas de su jardín.

Fuera de Servicio

Ese día decidió no ir a trabajar. Estaba agotado. Se sentó en una cafetería desde la que podía ver su oficina, incluso su despacho si esforzaba la vista. Piso 32, la decimoquinta ventana empezando a contar desde la derecha. Al llevar la mano hacía la taza de café se detuvo en su mano. Con la edad su piel se había vuelto tan fina como un papel de fumar. Con la yema del dedo índice siguió el recorrido de una de sus venas, lentamente, desde su muñeca hasta sus dedos, observando el destrozo que había hecho el paso del tiempo en su carne. Sus venas eran de un color morado intenso, sobresalían sobre la carne de una manera un tanto desagradable. Le recordaban a aquel chico del canal 5 que se llenó el cuerpo de gusanos. La camarera golpeó la mesa al pasar con la cadera, el café oscilo titubeante de un lado a otro hasta que por fin no pudo resistirse a caer derramado sobre el plato. Se sentía tan cansado. Le querían jubilar y eso le aterraba. No porque le gustase su trabajo, sino por enfrentarse a la idea de que entraba en la última etapa de su vida. Desde hace años sólo se había dedicado al trabajo, exclusivamente casi, menos las dos noches que dedicó a concebir a sus dos hijos. Levantó la taza y retiró el plato rebosante de café, inclinándolo para devolver el líquido a la taza. Se sentía tan solo estas dos últimas semanas. Desde que le comunicaron en el trabajo que ya no contarían con él había tratado de acercarse a su familia pero sin resultados.
La gente empezó a gritar. Miró a su alrededor, se entretuvo en observar las caras de espanto y las mandíbulas desencajadas para poder artícular los alaridos de terror. Tardó aproximadamente un minuto en mirar hacia donde todo el mundo miraba. Los coches se habían detenido en la avenida. De repente oyó un estruendo. El edificio donde trabajaba estaba ardiendo. Se estaba deshaciendo. 200.000 toneladas de acero se derretían. A esa hora sus compañeros estarían formalmente dispuestos en sus respectivos cubículos.
Apagó el móvil. Cogió su chaqueta y se alejó andando. Deslizaba su cuerpo entre las multitud como un fantasma. Estuvo andando hasta que empezó a notar calambres en las piernas. Buscó el hostal más cercano, pidió una habitación y pagó en efectivo. Al entrar en la habitación encendió la tele y dejó su móvil en la mesilla. Se tumbó un rato en la cama y se quedó dormido con el canto de las sirenas de la televisión.
Se despertó cuando todo había acabado. No quedaba ni rastro de los muros a los que había dedicado su vida. Contempló el móvil. Se preguntó cuantas llamadas de sus hijos tendría, cuantas de su mujer, cuantos mensajes de conocidos, cuantas muestras de preocupación de toda la gente con la que había compartido alguna cerveza o alguna reunión, se preguntó si encontraría tanta satisfacción en su preocupación, en su miedo, como había imaginado. Se excitaba de alegría al pensar que estaba vivo y que todo el mundo pensaba que estaba muerto. Volvería triunfal a su casa, le colmarían de abrazos, de besos, de afecto.
Se sentó en el borde de la cama. Encendió el móvil. Estrangulaba con desesperación el móvil. El calor se mezclaba con el sudor de sus manos. los ojos miraban obsesivamente la pantalla, sin apartar la vista. No recibió nada en horas, así que apagó de nuevo el móvil e hizo lo que haría cualquier persona en su lugar, darles más tiempo.

Fases

- Estoy en la segunda etapa, o eso creo, hace mucho que no la veo, pero me gusta pensar que si no me quiero relacionar con nuevas chicas es por pereza y no porque siga colgado de ella. Me aburren todas, un par de copas, risas, sexo y a tu casa y a veces incluso interrumpo el proceso no cogiéndoles el móvil ni respondiéndoles los sms...pero no me entienda mal, tampoco es que sea un chico con mucho éxito, la mayoría son amigas de amigas, ya sabe, les doy pena y tratan de buscarme pareja.


- ¿Qué es lo que le aburre exactamente?


- Verá, me llevó años conocerla perfectamente, y no hablo de saber si su color favorito era el verde o el rojo, que nunca lo supe, era daltónica, bueno, es daltónica mejor dicho, pero sí sabía que le gustaba fumarse su cigarrito después de comer, cerrar los ojos cuando escuchaba su canción favorita, los besos inesperados y violentos, que le dejara café recién hecho por las mañanas...ya sabe, lo que es conocer perfectamente a alguien...


- ¿Si la conocía tanto por qué le cogió por sorpresa que le dejará?


- No es que me cogiera por sorpresa exactamente, llevábamos dos años viviendo juntos, cinco en total de relación, y ya sabe eso de la crisis de los cinco años y que te ahogas porque estas entre seguir en el mercado o ya apostar por seguir hacia adelante, los niños, comer los domingos en casa de la madre que toque y ese tipo de cosas, y ambos en el último año tuvimos nuestros momentos de querer estar solos y pensar, cada uno en un cuarto y eso, lo que más nos mantenía unidos era la jodida hipoteca. En fin, lo que no me esperaba era el tipo en el que ella buscaba consuelo.


- ¿ Le conoció?


- Si, en qué momento, vino a ayudarla con la mudanza de sus últimas cosas, y me lo presentó, era un monitor de gimnasio, hipermusculado, todo lleno de venas fibrosas, y por lo que hablé con él, no era precisamente un lumbreras, lo primero que me preguntó tras aplastarme la mano en el saludo fue "¿Y tú cuanto levantas?" , increíble, yo con levantarme por las mañanas ya tengo más que suficiente.


- ¿Que se esperaba?


- No se, un tipo más cómo yo pero en más guapo, más divertido, más alto, sí, sobre todo más alto, siempre me decía que le gustaba los chicos altos, y sensible, que le gustaran las infumables películas vietnamitas o iraníes que veíamos en versión original... pero no me esperaba un gañan así, lleno de músculos, si ella siempre me decía que los tíos así le causaban repulsión, si tenía un brazo que parecía el pene de king-kong, todo lleno de venas, ¿como va a ser sensible un tipo así que no distingue entre un peso de cien kilos y el de una tonelada?.


- No me ha respondido antes a qué es lo que le aburre exactamente de las chicas que conoce


- Me aburre conocerlas y que me cuenten todas esas cosas que me llevó años memorizar, pero sobre todo me da pereza fijarme en todas aquellas cosas que nadie cuenta de sí mismo...Cualquier profano en la materia afirmaría que mi ex es preciosa por ejemplo, pero nadie sabe que cuando bebe coca-cola por ejemplo los pelillos rubios que tiene en el bigote se vuelven más oscuros, o qué cuando pone cara de estar molesta es que se está aguantando un pedo, o que tiene un poro infectado crónicamente en una aleta de la nariz, o que se pone super cachonda después de comer y cosas así...


- ¿Se da cuenta de que llevamos toda la sesión hablando de ella?


- Si


- ¿Qué opina de eso?


- Pues que no he llegado a la segunda fase me temo.

14/1/09

Utopía

"Los palestinos merecen el derecho a la autodeterminación, el fin de la ocupación y vivir en libertad y seguridad. Los israelíes requieren ser reconocidos por las naciones árabes y garantizar su seguridad" .
Parece tan sencilla la solución...

Cifras

Es raro, una ragafa de orgullo y alegría ha hecho que hoy sea un día diferente. He encontrado una distribuidora de juegos increibles para mi tienda, con esto prácticamente me vuelvo competitivo en un sector al que no se le había prestado merecida atención. Internet es tan útil. Pero me siguen aburriendo los días, cojo 8 metros al día, subo y bajo las escaleras de mi casa 4 veces, enciendo la tele 3 tres, la calefacción y el calentador 1, enciendo la placa 3...prácticamente se lo que voy a hacer el día siguiente tan bien que podría estar viviéndolo ya. Tanta exactitud hace que los imprevistos me empiecen a poner nervioso, si el metro se retrasa más de un minuto en una estación se me vuelve eterno. ¿Es esto la vida?, ¿me preguntaré lo mismo cuando tenga 90 años?, ¿hay alguna manera de dejar de preguntármelo?...

13/1/09

Memorys

Leía en un blog de un amigo un episodio de su vida de esos que se tienen que asumir sin más y enseguida me han venido a la memoria algunos en los que yo he sido protagonista involuntario...


Me ha sorprendido recordar cómo siendo yo pequeño, estaba jugando con los amigos del barrio y mi hermano a aquel juego llamado "Sangre" (que consistía en tirar un balón al aire y mientras tanto el resto tenía que esconderse para que luego no pudieran atizarle con el balón y caer eliminado). Mientras corría a esconderme me crucé con un grupo de chavales mayores y uno de ellos me hizo la zancadilla. No lo entendí, me levanté con la rodilla pelada y entre caer en el llanto y morderme los labios con rabia elegí lo segundo. Miré al cabrón que me había hecho la zancadilla y le reconocí. Era el típico listillo malote que atemorizaba a todo el mundo en el colegio. Mi hermano acudió rápido al oir el golpe y me ayudó a levantarme, y yo le miré y me pregunté que por qué no le partía la cara al cabrón, y supongo que yo mismo me di cuenta del motivo.


Durante una época fue el blanco favorito de todo tipo de canallas, o me venían a acosar y pedirme poco amablemente que les diera todo el dinero que tenía o me empujaban hasta que les daba el dinero que me había sobrado de las tragaperras y el abrigo de plumas que tanto dinero le había costado a mi madre o aquel bizarro intento de atraco un domingo por la tarde cuando iba en pantalones cortos con un balón parcheado a jugar al fútbol...Aprendí que la gente no hace nada útil y que prefiere no correr riesgos. En una de las denuncias de aquellos años recuerdo la frase de un policía "Es más útil gritar fuego que socorro" que locura...por aquel entonces leía cualquier comic que cayera en mis manos, y deseaba tener poderes para que nadie me volviese a hacer nada...pero ninguna araña radiactiva me picó, ni un camión de productos radiactivos volcó a mi lado y ni tansiquiera la radiación del sol me cambió en nada, la m que forman la líneas en mi mano no eran de Mutante sino de norMal y los gimnasios no fortalecen el músculo del valor...muy frustrante...y la gente seguía sin hacer nada, la última vez que me atracaron fue en un botellón en el retiro, 4 mendas rodeándome y no menos de treinta personas bebiendo a mi lado...Los años han pasado si, y supongo que tanta rabia acumulada por esas injusticias a alguien le saltará en la cara y puede que entonces me vuelva de color verde.

Y puede...

...Y puede que cuando acabe todo no me dé tiempo a mirar atrás y esbozar una sonrisa por la cosas buenas que hice. Espero que en esa selecta filmografía que aparece en tus ojos en los últimos instantes solo proyecten los instantes de amor que he vivido y destierren todo el miedo que me produce la muerte. Llevo años enfermo. Recuerdo que me contagié al abrir los ojos. El oxígeno que me da la vida hace que se oxiden mi células en un continuo deterioro inevitable. Apenas me quedan unos 60 años de vida. Un tiempo ridículo para denominar vida a este periplo encaminado a perderla. La proporción es estúpida, nos pasamos más tiempo muertos que vivos...

12/1/09

Estado

Eternas preguntas mueven mi cabeza como una coctelera. Me obsesionan los espejos, los espejos fracturados, los espejos rotos, en el suelo fragmentando lo que ven tus ojos, esas líneas negras que ya no te devuelven lo que eres...la felicidad es tan barata cómo sencilla, simplemente tener tiempo y contemplar como el sol inunda mi salón y derrite los restos de nieve esparcidos por mi terraza, una taza de café y una hora para dormitar en un sofá que alquilo con el resto de la casa. Y te preguntas qué quieres, qué es lo que te queda, si te quedan fuerzas para recobrar la normalidad o si simplemente luchas contra fantasmas, te preguntas que conflictos aún no has conseguido resolver en ese pantano que tienes por mente, y por qué te cuesta tanto ilusionarte con lo que tienes...

9/1/09

Blanco

Hoy me ha costado salir de la cama más que nunca, los reyes hicieron caso de mi única petición y me han traido un nordico nuevo, grande, calentito, azul, mullidito y pesado...me encanta notar el peso del edredón, notarme aplastado por la sensación de que no voy a tener el más mínimo frío...y no podía haberme llegado en mejor momento, porque está noche ha debido hacer un frío de espanto...cuando me he levantado y me he asomado a la cocina a encender el calentador...estaba mi terraza blanca...




Menos mal que al menos a un vecino le hacía mucha ilusión que nevara...


7/1/09

Mónica


Puede que el año más importante en mi vida sea 1999 y puede que sea por haber conocido a la mayor parte de los amigos a los que considero importantes. Uno de ellos fue Mónica, enseguida conectámos al hablar y proseguímos conversaciones sobre lo humano y sobre lo divino por cartas incluso. Siempre ha estado ahí, a veces no he sabido verlo es cierto, pero siempre ha sido un mástil de un barco seguro cuando me tragaban las aguas. He llorado más de una vez en su abrazo y sus palabras me han calmado muchas otras, sin duda he tenido mucha suerte de encontrarla en este planeta lleno de habitantes extraños. Debe ser la segunda persona que se preocupa más por mi después de mi madre, y eso aunque en ocasiones me parece incomprensible no sabe bien cuanto se lo agradezco. La última frase que me hizo sentir un orgullo infinito por su amistad fue "nunca estarás solo" y fue en un momento tan necesario que tuve que tragar saliva al otro lado del teléfono. Su cabeza es una máquina de pensar con un destino bien claro, sorprender. Es sencillamente un tesoro.
Y puesto que mi regalo se retrasa...ring ring...estaba claro que este post cumpleañero no iba a ser menos...MUCHAS FELICIDADES!!

Enero 2009

Ya está, ya pasó, se acabaron las fiestas y comienza la normalidad, eso sí, con los estantes vacíos en el trabajo y con la depensa más vacía todavía en mi casa, necesito hacer una compra enorme o mi dieta se basará en jamón serrano...me regalaron por navidades una pata entera para mi y para mi perdición...Hace mucho que no actualizo así que empezaré por donde lo dejé...


Nochevieja: Bueno, al final me lo pasé bien, aunque este año el tiempo que dediqué estar con mis amigos tomándome una copa fue el mismo que dediqué a estar esperando a que me la sirvieran...bastante ineficientes los camareros claro que los que estabamos allí colaborabamos pidiéndoles más de dos copas por persona para aprovechar que habíamos conseguido que nos sirvieran...y encima el alcohol era del malo...el día uno me tiré todo el día entre el sofá y la cama intentando expulsar al espíritu de la resaka de mi cabeza.



El resto de los días de Enero fueron fotocopias unos de otros con mayor o menor trabajo, excepto el cumpleaños de una amiga que sirvió para que volvierá a caer levemente en los brazos del embriagador espíritu y durmiera muy poco, creo que la única foto que existe de la celebración es una mala foto que saqué en el último momento...

Los reyes ya hicieron todos los recados que tenían que hacer así que ahora sólo queda recuperarme en todos los aspectos, aunque todo anunciaba que sería un año desatroso las cosas han ido bien, pero sobre todo tengo la sensación de haber aprendido mucho más este año que todos los anteriores y eso me dice que este año las cosas irán mucho mejor...

Pd: No dudes que llegaré hasta el final