15/1/09

Texto

Llevaba horas caminando sin encontrar nada relacionado consigo mismo. Todo eran puertas. El color de las paredes eran de un color anaranjado cremoso. Estaba cansado. De vez en cuando algún calambre recorría su cuerpo. Debía ser miedo.Las puertas eran infinitas. E incluso algunas al atravesarlas le conducían a un nuevo pasillo. Algunas puertas estaba cerradas con llave. Otra sin embargo le llevaban a extraños sitios que le sonaban vagamente. Detrás de una de las puertas reconoció a un par de amigos de Sara pero no le hicieron caso. Siguió adelante y encontró algo que le pareció más familiar, vió como Sara se probaba un collar que le regaló él...pero algo estaba mal, recordaba perfectamente que fue él mismo quién se lo abrochó por la espalda aquel día. Cuando subió las manos para tirarse del cabello se fijo en su propio cuerpo. Estaba desapareciendo. Le estaban olvidando.

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