Se quitó las sandalias nada más llegar a casa. Con los pies negros empezó a deambular por la casa, recogiendo papeles, estirando las cortinas, enderezando cuadros...Por fin se sentó. Encogida sobre sus rodillas, repasó con la yema de sus dedos las grietas de sus talones. Se fue al baño y cogió el cepillo de las uñas. Se tiró varios minutos frotando con energía, pero la mugre estaba incrustada literalmente en su carne. Cualquier otra persona se hubiera rendido, pero ella sabía que una vida perfecta empieza en los talones.
Normalmente se despertaba de un golpe, pero esta vez le dejó inconsciente.
William siempre tuvo el mismo problema, se enamoraba tan intensamente que el mundo se detenía. Pero, el pobre William, sufría los tormentos del desamor en cuanto mantenía relaciones sexuales con sus amadas. Un afamado psiquiatra lo diagnosticó como eyaculador precoz emocional aunque luego pensó que simplemente el amor es muy complicado.
Normalmente se despertaba de un golpe, pero esta vez le dejó inconsciente.
William siempre tuvo el mismo problema, se enamoraba tan intensamente que el mundo se detenía. Pero, el pobre William, sufría los tormentos del desamor en cuanto mantenía relaciones sexuales con sus amadas. Un afamado psiquiatra lo diagnosticó como eyaculador precoz emocional aunque luego pensó que simplemente el amor es muy complicado.
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