Hoy me ha costado salir de la cama más que nunca, los reyes hicieron caso de mi única petición y me han traido un nordico nuevo, grande, calentito, azul, mullidito y pesado...me encanta notar el peso del edredón, notarme aplastado por la sensación de que no voy a tener el más mínimo frío...y no podía haberme llegado en mejor momento, porque está noche ha debido hacer un frío de espanto...cuando me he levantado y me he asomado a la cocina a encender el calentador...estaba mi terraza blanca...
Menos mal que al menos a un vecino le hacía mucha ilusión que nevara...
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