15/1/09

Historias - Comienzos

Cogió su mochila de viejos recuerdos y la arrojó al suelo. La carcasa sonó cómo los huesos de un hombre al tocar el suelo del patíbulo. 55 litros de nostalgia. Dos bolsillos a los lados del cuerpo central. 47 euros, toda una ganga en su momento. Color azul eléctrico mezclado con negro. Las asas desequilibradas se convertían en una auténtica tortura punzante para su cuello. Odiaba prestarla, era como prostituirla. Cogió un cuchillo y pensó en destrozarla.

No podía despegar los párpados. Era consciente de que estaba dormido. Se volvió a preguntar si la muerte era eso. El móvil sonaba. Estaba empapado en sudor. Abrió los ojos. El móvil volvía a sonar. A veces dejar de existir consiste en apagar el móvil.

Un día decidió decir sólo la verdad. Al día siguiente decidió decirle la verdad sólo a la gente que no le importaba. El último día decidió que no importaba la verdad pero sobre todo, la gente.

Cometió tres errores antes de que le encontrasen los guardias de seguridad del hospital. El primero fue correr desnudo por el edificio. El segundo fue chillar mientras corría desnudo por el edificio. El tercero fue gritar "estaré en la sala de espera de urgencias" mientras corría desnudo por el edificio.

Su mejor amigo le enviaba mensajes subidos de tono a su esposa. Decidió ponerle fin y le robó el móvil a su mujer. Ayer se ofició la primera boda homosexual de su pueblo.

A los 15 años heredó el barco de su padre. A los 17 se golpeó la cabeza con un poste telefónico. A los 33 seguía en paro. También a los 33 decidió hacerse pirata. A los 34 se había visto todas las películas de piratas en formato VHS de cada videoclub de su pueblo. A los 35 le regalaron un DVD. A los 36 se había visto todas las películas de piratas en formato DVD de cada videoclub de su pueblo. A los 37 se clavó un tenedor en un ojo. A los 37 le pusieron un parche. A los 38 se amputó la mano derecha con el hacha de su tío y a los dos día se amputó la pierna izquierda por debajo de la rodilla con el hacha de su vecino (su tío escondió el hacha). A los 38 le comunicaron en el hospital que ya no se hacían garfios ni prótesis de maderas. A los 38 vendió el barco y decidió montar una fábrica de garfios y patas de palo para los piratas. Hoy es multimillonario.

No hay comentarios: