Lo que no mide el experimento es la fe de los que rezaban... Se puede rezar con fe y sin fe. Entretenido el experimento, aunque le veo poca utilidad (utilizando sus propias palabras).
Rezar sirve sobre todo para el que reza. Y la ciencia tiene una validez relativa: para los objetos es muy útil, porque son objetivos. Pero los sujetos somos subjetivos, cada uno de su padre y de su madre.
«¿Y ahora?», se preguntó Gregorio, y miró a su alrededor en la oscuridad.
Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adonde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno.
–Pues bien; la verdad es, querido Augusto -le dije con la más dulce de mis voces-, que no puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes... –¿Cómo que no existo? exclamó.
1 comentario:
Lo que no mide el experimento es la fe de los que rezaban... Se puede rezar con fe y sin fe. Entretenido el experimento, aunque le veo poca utilidad (utilizando sus propias palabras).
Rezar sirve sobre todo para el que reza. Y la ciencia tiene una validez relativa: para los objetos es muy útil, porque son objetivos. Pero los sujetos somos subjetivos, cada uno de su padre y de su madre.
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