Niebla, oscura y tupida, para alguién estúpido como yo es el lugar idóneo para vomitar la tristeza, no pesa, te cubre, te hace desaparecer, es el manto perfecto, el abrigo a medida que reclamo cuando estoy harto, y uno no sabe muy bien por qué de repente me siento tan harto, tan cansado, pero sufro convulsiones emocionales y sólo deseo darle un cabezazo a una pared y arrastrar la frente ensangrentada a lo largo de un pasillo que nunca termine...quizás son las fechas, o que tanto alboroto en el trabajo me hace desear estar sólo, tumbarme en mi sofá azul a mimetizarme con él, o quizás es este medicamento que no termina de curarme, no lo sé, debería estar contento, a pesar de la crisis las cosas van bien, lo estoy consiguiendo...rehuí la cena navideña de mi madre, huyendo de las conversaciones banales, las sonrisas forzadas y las aglomeraciones de gente y me quedé escuchando música mientras intentaba aprender a hacer croquetas, el resultado fue esperanzador aunque tengo que buscar un paladar que me lo confirme. Cené un bocadillos de jamón y dos croquetas, un bol de cereales y me acosté muy pronto. Con los primeros petardos me dije a mi mismo Feliz Navidad y cerré los ojos. El 25 fui a casa de mi abuela a comer (imposible escaparse de dos). Es increible como cambian las cosas, y a esta edad casi prefieres que no te regalen nada solo por no tener que mostrarte falsamente efusivo y agradecido. Y todavía me queda Nochevieja...que poco me apetece!! en fin, Feliz Navidad...
Hace 1 año
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