Un martes cualquiera a una hora cualquiera solo tengo ojos para ella. La salvación viste falda negra y blusa blanca entreabierta. Calzado cómodo para caminar dos días y varias semanas en mi imaginación. Tu vagón tiene que ser el mio así que desplazo lentamente mis pasos hacía la puerta que me dejará compartir tu espacio. Solo veo letras en la página de mi libro, soy incapaz de formar las palabras. Pienso en como podría acercarme a tí cuando ocurra el accidente. Mi estación se aproxima y no ocurre nada una vez más. Desde niño planeo que se detiene el metro durante días y quedo atrapado, así que selecciono los vagones en los que meto con suma cautela. Y hoy me entero que mi accidente ya ocurrió y yo no estaba.
Hace 1 año
3 comentarios:
Pues si estas inspirado en un accidente que sucedió hace poco en Madrid, tengo un compañero que le pillo de lleno. Igual conoció a tu chica de flada negra y blusa blanca entreabierta...
Saludos.
quién sabe...la verdad es que es un pensamiento que me ronda desde haces años y el otro dia se materializó.
Te pido que me avises si coincidimos en el vagon de metro, mas que nada porque me inquieta viajar con alguien que desea que nos estrellemos ;)
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