28/11/09

Huxley

Vomitaría. Aunque esa sensación de tu estómago agitandose. Esa contracción antes del parto la suelo evitar no pensando en ella. Estoy mareado. Terriblemente. La gente no sabe que si me insiste en que me quede a tomar algo al dia siguiente simplemente me convierto en un escremento arrepentido cual cenicienta. Me sujeto la cabeza como si se fuera a caer como aquellos galos que temían que se cayera el cielo. Abracurcix creo. Estoy molido, con los ojos llenos de lágrimas que no caen, bueno, ahora que lo he escrito cae alguna, por fin. No lloro por tener más alcohol en sangre, lloro por saturación, por pura emoción sin control, me siento desgraciado. Te complicas las vida, ciertamente. Te complicas mucho la vida, muy ciertamente. La gente me cree frio, no no soy frio,la gente me cree de hierro, no no soy de hierro, la gente cree que mis propios principios son tan sólidos como el nacer-crecer-reproducirse y morir que recitabamos en clase, mentira, mis principios me torturan, no hay dia que no me cuestione todo. Lloro el alcohol como el que lo vomita. Escribe, este es tu espacio, precisamente escribo más para los que no me leen nunca, para los que no preguntan, para los que no saben, para los que no creen saber. No entiendo mucho cuando me dicen que me conocen sin precisar con el matiz de en ese aspecto, en ese modo. Nadie sabe que me oculto tras una fachada de un edificio moderno, con su rampa para minusválidos y su ascensor con memoria. Soy un monstruo insaciable de retroalimentación. Soy mi capitán, soy mi padre, soy mi jefe, soy mi hermano y soy mi amigo. Hay palabras que necesito, hay palabras que me volverían más cuerdo, menos inseguro. Yo necesitaba una familia normal con un padre que aparte de enseñarme a montar en bicicleta y decirme que era fatal jugando al futbol me dijera "estoy orgulloso de ti". Esa responsabilidad la derivé a mi hermano y ahora que estamos distanciados me siento completamente huerfano.. ¿Y si reseteas?. Nadie garantiza el reinicio. Aprendo lentamente, tuve que irme de casa para valorar justamente a mi madre. Si le pasa algo me mato. Nunca entendí a Antonio Flores, si tenía una hija, hay motivos para luchar siempre, decía que era un cobarde, un mísero perdedor, pero ahora, ahora lo entiendo. Estaba solo. Solo con amigos, solo con una hija, solo. Afortunadamente vencí a mi demonios hace tiempo y generé un pánico a morir desmesurable. Sin tratamiento ni ayuda, acabé con ellos, con esos ojos que veían mi cuerpo arrollado en el metro, con esas imágenes frente al espejo que ha plasmado Daniel Monzón tal y como he recreado yo en mi cabeza tantas veces...vencí, la imágenes se acabaron, la sensación de querer desapareció. Pánico, solo pánico. La sensación de querer escribir ya se ha agotado.