La gente escandalizada grita horrorizada las inversiones inverosímiles por personas que en su definición más básica se dedican a meter balones en una portería... y yo siempre digo lo mismo, ¡no es mi dinero! y claro que entre fundar mil escuelas en África y destinar ese dinero en la cura contra el cáncer elegiría estas última opciones, pero hay que ser consecuentes, la diferencia en términos absolutos entre destinar los 95 millones de euros de un futbolista y destinar una parte de tu sueldo a comprarte un bollo o comprarte un nuevo videojuego o una falda de agatha viene a ser lo mismo, para arreglar el planeta y hacerlo más justo tenemos que empezar todos a ponerle voluntad no sólo el señor Florentino...
Hace 1 año
1 comentario:
Ah! Qué razón tienes, Samsa.
Eso también vale para las obras de arte de la Iglesia, por cierto, que además valen lo que valen porque no están en venta. Lo digo porque un obispo (casualmente catalán) ha criticado lo de CR, sin mirar la viga en el ojo propio.
El dinero no es nada, en realidad. Lo que cuentan son las energías de las personas. A CR se le paga la energía que utiliza jugando, que será la que sea, pero no es mucha más que la que tenemos nosotros para ayudar a los desfavorecidos. CR se dedica a hacer el bien, que es ilusionar a la gente. En ese sentido, es un dinero bien pagado. Por mucho dinero que pague Florentino para acabar con el hambre en el mundo, si no hay gente que esté dispuesta a trabajar para ello, no sirve de nada. Y está claro que no la hay, y que la gente prefiere dedicar sus energías a ver un partido de fútbol.
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