Con 28 años me entero en una barra de un bar, entre cervezas, en una de esas barras de bar que tanto detestaba ver a mi padre cuando era pequeño, que los médicos me entregaron a sus brazos nada más nacer mientras atendían a mi madre, me cuenta, que tras alternar del rojo al morado advierte a los médicos que me estoy ahogando, así que me meten en una incubadora, que por lo visto fue una medida eficaz viendo los resultados...y viendo su cara arrugada y roja, calculando los años que le ha robado el alcohol y el sufrimiento, intentando no hablar del pasado, me pregunto que futuro hay...me da la mano, me abraza...y yo me pregunto cómo no ha pasado de mi en tantos años de distanciamiento y de desprecio, hsta que punto ser padre te hace querer incondicionalmente a un muchacho que se alejó todo lo que pudo por egoismo, por querer estar bien, para superar la mierda, por no tener la suficiente madurez para poder compatibilizar dos puntos de vista tan alejados como el de mis padres entre sí. Solo era un niño, yo solo quería una vida normal, con un padre que me viniera a ver a jugar al fútbol, con esa necesidad de demostrarle cosas que se ha enquistado en mi forma de ser, aunque ahora solo me conformo engañándome, demostrarme a mi mismo lo que valgo o no valgo...La vida es mú complicada, que dice un amigo, y todo ese tiempo malgastado de lágrimas, reproches, dolor, se retira de la vista al mismo tiempo que el camarero retira los vasos, y sólo pienso que hemos perdido el tiempo y que cada uno tiene su vida, y que afortunadamente no nos podemos quejar mucho si hemos llegado a donde estamos.
Hace 1 año
2 comentarios:
:)
Nunca es tarde si la dicha es buena, creo yo.
Aunque es cierto que este post contradice a uno que escribiste hace bastante tiempo (en tiempos de la boda de tu hermano si no recuerdo mal), me parece mas optimista y me alegro de ello.
Un abrazo
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