21/12/09

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18/12/09

Laberinto

Una pared construida con ladrillos porosos naranjas cubierta de un gris espeso, bañada con cal viva de esa que deshace los huesos muertos.

Si no te resistes QUIERES

La Justicia no deja de sorprenderme!! A falta de datos que corroboren la primera impresión que causa el artículo, me pregunto por qué la defensa no incorporó a un psicologo respetable que dijera que las reacciones ante un suceso como ese no tiene porqué ser siempre la resistencia física, que la personalidad de la víctima o su historia personal son claves para entender una reacción pasiva por miedo, por precedentes, por amenazas etc etc...

17/12/09

Berslusconi

Berlusconi es el prototipo de villano de cualquier comic, siempre está por encima de la ley, por encima del paso de los años, por encima de la alopecia, por encima de la moral y de la fe, la justicia no puede con él y son miles los rumores que dice que no hay nada que no maneje en la sombra en el país de la bota. Es curioso que esta vez alguien, que no podía ser más que un trastornado mental, haya conseguido pasar por encima de su escolta para atizarle en todos los morros con una replica del duomo. El acto en si es deleznable obviamente, sobre todo porque ningún cuerdo ha podido hacerlo, cuerdos por ejemplo como los que "estuvieron de camping" cuando el terremoto derribo sus casas.

Texto

Supongo que perdió el miedo a morir cuando supo que ella se estaba muriendo. De un dia para otro dejó de hablar. Inesperada y cruel decisión de ese Dios al que ella había rezado tanto. Incluso sus ojos se quedaron mudos, incapaces de establecer alguna comunicación. El señor Alfredo se encontraba completamente perdido pero hacía grandes esfuerzos cuando llegaban sus hijos de visita. Se sentaba en un sillón al otro lado del salón contemplando como la daban de comer, la peinaban o incluso la hablaban con un tono agudo como si su madre tuviese tres años y medio. Imitando a la figura de padre sólida que siempre les transmitió se mostraba duro e impasible. Solo su mujer le conoció realmente. Los años más felices de su vida transcurrieron antes de tener a sus hijos. Cuando eran jovenes y podían vivir refugiados uno dentro del otro, cuando todo lo necesario para vivir era un bocado de pan, un trago de agua y el amor sudoroso de su esposa, y cuando sus hijos se fueron al fin. Años muy tranquilos, de paseos cortos, de televisión, de lectura levantando la vista de vez en cuando para saber que seguían ahí, de besos en el cuello e intimidad, mucha intimidad. - Dejadla en paz - , mascullaba entre dientes esperando el momento de que se fuesen para volver a colocar su sillón a la vera de su esposa. No había intentado dirigirle la palabra desde que se quedó muda, no quería hacerla sentir mal por si ella era capaz de entenderle y no poder darle respuesta. Quería que ella supiera que daba igual si no hablaban, que seguían estando juntos. Lo que más le preocupaba eran sus ojos, ya no le miraban con amor, sino desorientados, incapaces de reconocerlo, de saber ni siquiera donde se encontraba. Así se pierde el amor, perdiendo la memoria, pensaba mientras agarraba su mano y se aguantaba las lágrimas por si ella podía notarlo. Supongo que dejo de tener miedo a la muerte cuando se dio cuenta que su mujer ya no era capaz de amarle.

11/12/09

Texto de Mónica Cuesta (Colaboración :))

En Holendaguem la pena capital por homicidio en primer grado, en un caso visto para sentencia, se ejecuta exactamente al mes de haber dictado el veredicto.
Culpable.

En un país soberbio, y orgulloso de su método de investigación eficiente y eficaz, no cabe lugar a error, no cabe lugar a la tortura de un corredor de la muerte y no cabe lugar a otra opción que no sea el castigo inmediato.

Amor con amor se paga.

Thomas Hellberg Laugten fue ejecutado el 15 de enero de 1964.
Thomas Hellberg fue declarado culpable el 15 de diciembre de 1963 por el asesinato de su esposa Frederika Hellberg Klauston.

El 27 de noviembre de 1963 la policía nacional de Holendaguem arrestó a Thomas en la misma puerta de su domicilio, donde una multitud de vecinos coléricos le retenían ante el cadáver de su esposa.

Los vecinos atónitos observaban el cuerpo de la mujer que habían oído chocar contra el suelo. Muchos miraban desde sus cocinas preguntándose cómo y si habría sobrevivido a un caída de siete pisos. La gente de la calle rodeó el cuerpo buscando signos de vida e hicieron de muro humano cuando Thomas apareció repentinamente en el portal. Acalorado, sudando, nervioso y definitivamente asustado ante un montón de miradas acusadoras.

- ¡Ha sido él! –gritó una vecina- ¡Es el marido! ¡Ha sido él!

El cristal estalló en pedazos cuando el cuerpo de Frederika lo atravesó precedido por un último alarido…

- ¡No! ¡Thomas, por favor! ¡No!

El estrépito espabiló a los vecinos, ya de por sí atentos por la discusión que se había estado desarrollando en el piso, y muchos pudieron llegar a ver cómo el cuerpo se estrellaba en la acera.

Thomas había bajado los siete pisos del edificio sin ascensor a toda velocidad. Huyendo de la violenta situación que retumbó por toda la comunidad. Gritos, reproches, golpes y súplicas que venía sucediéndose desde hacía semanas.

Thomas Hellberg Laugten hacía tiempo que había dejado de ser un buen marido. Un trabajo absorbente. Una joven amante. Una desidia cada vez mayor. Falto de deseo. Falto de interés. Harto de una mujer exigente, frustrada, cargada de reproches y con la aparente intención de amargarle cada día.

Tan lejos de aquella Frederika que estaba dispuesta a dejarlo todo por hacerle feliz, y que le había esperado siempre con una sonrisa y un abrazo.

Tan lejos de aquel amor inocente y dulce que comenzó hacía ya 20 años. Cuando en aquellas tardes de otoño Frederika y Thomas se buscaban a escondidas y se prometían felicidad con besos robados.

Tan lejos de aquel Thomas que buscaba cualquier excusa para hacer una promesa. De aquellas palabras que robaron su corazón para pertenecerle por completo.

Frederika abandonó estudios y trabajo para dedicarse a él. Ama de casa sin más ambiciones que amarle, hizo de su vida un hogar para Thomas. Todo era Thomas. Las cortinas, la comida, los libros, la luz, las conversaciones, los pensamientos, las frustraciones y los sueños.

Frederika Hellberg Klauston se rompió el día que supo de la joven amante. Su corazón cambió, su actitud cambió. Cada día le asediaba con las mismas preguntas, ‘¿dónde vas?’ ‘¿qué harás hoy?’ ‘¿de dónde vienes?’ ‘¿con quién has estado?’. Le controlaba la ropa, las cuentas, los cuadernos. Todo.

Todo lo que había sido Thomas, se convirtió en rencor. Las cortinas, la comida, los libros, la luz, las conversaciones, los pensamientos, las frustraciones y los sueños.

Frederika descubrió que era un ama de casa sin más ambición que el rencor, y que hizo de su vida un hogar para el rencor. Frederika descubrió que no tenía nada que perder, más que el rencor. Nada que perder. Lo planeó todo en una tarde.

Durante semanas provocó repetidas y violentas discusiones en el hogar, jugando de ante mano con las paredes de papel del inmueble y con el oído atento de un vecindario cotilla.

El jueves 27 de noviembre sabía que Thomas tenía una reunión importante a la que no podía llegar tarde. Lo preparó todo para que la discusión se provocase justo antes de que se marchase. Discutirían en el salón comedor cuya ventana daba al patio de vecinos. Le pondría histérico. Histérica ella también, chillaría y golpearía los muebles, suplicándole a gritos.

Conocía a Thomas. La tensión del momento podría con él, como tantas otras veces, y huiría precipitadamente de la discusión, más apresurado que otras veces por la importancia de la reunión.

Y en el preciso instante en que Thomas saliera por la puerta, Frederika se lanzaría contra la ventana cerrada, atravesando el cristal y gritando:

- ¡No! ¡Thomas, por favor! ¡No!

Frederika se estrelló contra el suelo a una velocidad de 80 km/h. La velocidad de un cuerpo cayendo desde 25 metros de altura hasta chocar contra la acera.

5 minutos después. Con el cuerpo de Frederika rodeado de transeúntes aterrorizados, Thomas aparecía sofocado y con la ansiedad de la prisa y el furor de la discusión reflejado en su rostro.

- ¡Ha sido él! –gritó una vecina- ¡Es el marido! ¡Ha sido él!

Semanas y semanas de violentas discusiones, una joven amante, un marido hastiado, un trabajo estresante, una esposa absorbente, un cristal roto por un cuerpo que lo ha atravesado y una última frase de súplica. Homicidio en primer grado.

En Holendaguem la pena capital por homicidio en primer grado, en un caso visto para sentencia, se ejecuta exactamente al mes de haber dictado el veredicto. Culpable.

10/12/09

Que no

Auooo, bostezo interminaaaaaaaableeeeeee: De esas cuatro paredes y sorteando 32 dientes, consigue salir enterito y perderse en la invisibilidad de la mayor parte de los ruidos, ya saben los lectores que si pesa, es algo es más que un ruido, pero alejándome de la más pura escatalogía me encuentro casi llegando al ecuador de diciembre de un año más, de un dos mil nueve que no volverá a repetirse, no porque no lo quiera yo, sino porque es ley de vida y la vida está para bien o para mal llena de leyes (leys en el argot romaní que lo escuche ayer que no lays que son como las patatas de toda la vida pero más finas y un poco saladas para mi gusto). ¿Y como ha sido el año?, supongo que esa es la reflexión que todos nos hacemos llegados estos dias entre las preocupaciones de donde se cenará, que se hará en Nochevieja y como irá el trabajo...pero al final de todas las reflexiones lo importante es que las personas que quieres sigan estando cerca y haber conseguido una o dos cosas de las que te propusiste el año pasado.

3/12/09

Textos en pocas líneas.

El Silencio impedía acercarse sus cuerpos apoyando las suaves palmas de sus manos sobre sus pechos. No podían dar un paso. Sus bocas se abrian y cerraban emitiendo sonidos similares al ruido. Trataban de alcanzarse con las puntas de los dedos, intentando hacer infinitos sus brazos para hallar la calma en el tacto del otro pero el Silencio, imperturbable y vacío no estaba dispuesto a marcharse. Sus ojos desorientados y perdidos, agarrotados por el pánico, no encontraban consuelo salvo cuando se miraban el uno al otro como en un espejo. No entendían como el Silencio se había convertido en alguien tan poderoso hasta que observaron como echaban tierra sobre el cuerpo del otro.


En su ojo derecho vivían tres personas, cuatro cuando se quedaba la suegra de la segunda. Su mirada por tanto, resultaba extraña, sobre todo al despertarse cuando se enredaban los bostezos con las legañas. Tardó más de siete semanas y dos juicios en desalojar a la primera por goteras y menos de tres días para readmitirla porque según dijo "se hizo cargo del fontanero". Era una mirada turbia sin duda, más bien media mirada turbia sin lugar a dudas pero nunca fria, siempre se notó el calor de la gente en sus ojos.

Lesbian Vampire Killers


2/12/09

Death Note

Un atracador muere de un infarto al corazón cuando se disponía a huir.

Periolistos o como...

convertir una respuesta ingeniosa en una frase chula y prepotente fuera de contexto...es curioso que se omita en todos los resumenes la pregunta del periodista que originó la famosa frase de Casillas del retrovisor.



Aquí también está omitida la pregunta pero al menos la respuesta de Casillas induce a pensar que hay algo más...solo en un informativo pusieron la pregunta que era algo como esta: "¿Veis al Barcelona como un equipo que se acerca como un formula 1/ deportivo al primer puesto?"

1/12/09

Inspecciones

Aviso a todosssssssss los comerciantes de Madrid, el gran agujero económico de la capital, unos 8.000 millones de euros, hace que las inspecciones se estén incrementando notablemente. El afán recaudatorio llega a los límites más extraños, hoy casi me clavan una multa por no tener el cartel adecuado de la existencia de hojas de reclamaciones, tenía uno que lleva en la empresa desde que yo empecé a currar como dependiente novato, con el clásico cartel:


"EXISTEN HOJAS DE RECLAMACIONES A DISPOSICIÓN DEL CONSUMIDOR"

pero no valía, no era la oficial, ¡¡que osadía más grande!! y que terrible canguelo a recorrido mi espina dorsal. Así que con el beneplácito del inspector (que me ha dado dos dias para solucionarlo, bendito sea él) he ido a mi junta de distrito a por el cartel y tras darme un buen paseo de una oficina a otra por fin he conseguido que alguien me diese el magnífico cartel cuya presencia garantiza que en una futura inspección no me multen con 400 euros y que no es ni más ni menos que una fotocopia guarra en blanco y negro con el siguiente texto:


EXISTEN

THERE ARE

HOJAS DE RECLAMACIONES

OFICIAL COMPLAINTS FORM

A DISPOSICIÓN DEL CONSUMIDOR

AT DE CONSUMERS REQUEST