Las prostitutas solo te preguntan el nombre para ganarse tu confianza y poder pronunciarlo con la misma falsa intensidad con la que luego gemirán al introducirle tu flacido y alcohólico pene. Hace tiempo que les respondo con nombres falsos para que el triste polvo sea culpa de otro.
Solo buscaba un abrazo entre la multitud que caminaba por la plaza. Llevaba el pecho caido propio de un hombre triste. Encontró consuelo en las miradas de aquellos que vieron su necesidad y se apartaban.
Cuando se incorporó fingió que no les conocía. Cuando se lo llevaron aseguraron que no le conocían.
Hace 1 año
2 comentarios:
Geniales...
Gracias
Publicar un comentario