Un día cualquiera de ese montón de días, que contiene cualquier vulgar calendario de oficina o de cocina, empezaron sin darse cuenta a deshacer el amor como quién deshace un nudo bien amarrado o desenreda ese caos inevitable que se forma al poner tres cables juntos. Los amigos más cercanos serían incapaces de decir quién de ellos comenzó el proceso, simplemente son conscientes de que sucedió. Ni tan siquiera ellos mismos podrían decir en qué momento el amor se convirtió en costumbre, y esa persona sin la cual no podían ni existir se transformó en el mismo impedimento para sentirse vivos. Lo que apuntan fuentes expertas es que la evolución fue tan lenta que ninguno de los dos experimentó sufrimiento alguno. Los gurús del amor les acusan de no haber estado nunca realmente enamorados, poniendo el grito en el cielo precisamente por la falta de gritos, llantos y reacciones de desesperación. Sus respectivas madres en una conexión en directo simultánea, manifestaron su pena y malestar por lo sucedido, textualmente dijeron al mismo tiempo "Que pena, era muy buen chico/a". John Rickeon, el famoso poeta aprovechó el momento para hacer publicidad de su libro, "El amor es como un azucarillo, si le das vueltas se deshace". El que fue más lejos fue el cura de su barrio que les denunció a las autoridades por ostentación de desamor. El juez les dejó en libertad tras no encontrarse culpable transcurridos tres meses.
Hace 1 año
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